Comenzando a platicar sobre
películas francesas, y es que hace tiempo que no veía esta película, que desde la
primera vez, me cautivó, y sobre todo por la actriz que, sin duda, es una de
mis actrices favoritas. Marion Cotillard desarrolla la vida de la cantante
Edith Piaf, (personaje que desarrolló una voz impresionante, no por nada le
dieron el pseudónimo que la llevó a ser una de las grandes cantantes francesas: Piaf, es decir,
gorrión).
La historia se desarrolla en
varios momentos de su vida. Hay saltos temporales para mostrar cada momento de
la vida de Edith. El film nos muestra la vida tan denigrante por la que tuvo
que pasar Edith Piaf, una niña que desde pequeña, tenía que acompañar a su
madre por las calles de Belleville para ganarse el pan diario. La madre cantaba
en las calles y estaba a la espera de la caridad de los demás.
Su vida trágica comenzó desde el
momento en que nació, pues sus padres no podían darle lo que se merecía. Su papá
que estaba alistado en el ejército, llegó en un momento en el que Edith se
encuentraba enferma en cama y su mamá, tal vez estaba consiguiendo el sustento para su
hija. El padre decide llevársela, pero como no podía atenderla, se la encargó a
su mamá, la abuela de Piaf, quien se encargaba de un burdel, al que asistían un
sinnúmero de clientes para probar las delicias de la carne con los productos
que se les ofrecían.
Tiempo después llegó su padre por ella una
vez que encontró trabajo como contorsionista en un circo y acudió por su hija
para que lo acompañara. La decisión de cantar de la pequeña Edith surge cuando su
papá tuvo que renunciar al circo y buscar sus propios medios para sobrevivir,
de manera que se puso en las calles a hacer su espectáculo pero la gente
comenzó a preguntar qué sabía hacer la pequeña y ella nerviosa y ante la
insistencia de su padre, comenzó a desplegar una voz melodiosa.
Ya de adolescente trabajó bajo la
orden del proxeneta Albert, quien le pide siempre su parte de dinero, pero ella
tenía que conseguir más ya que su padre se encontraba enfermo, así que tuvo que
continuar su vida de cantante callejera para tener un poco más de ingreso, ahí
es donde la descubre su “papá Leplée” como ella le llamaba y es donde comienza a
ser reconocida como cantante.
Una vez que ella incursiona en el
mundo artístico conoce a su gran amor Marcel, el cual muere en un accidente
aéreo cuando va a visitarla, este hecho marca una vez más su vida, y es punto
decisivo para que ella se vaya hundiendo poco a poco en el mundo de las drogas,
las cuales irán consumiéndola hasta ver su final con la muerte.
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